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 ESTACIÓN LLANTA

Diego de Almagro

Tercera Región

Atacama

RECUERDOS DE LLANTA (ANÓNIMO)

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LA ESCUELA: “Los recreos se hacían cortísimos mientras las niñas jugaban al luche, al pillarse, a saltar el cordel y los niños, a la pelota, a las bolitas y al salto del gringo. Las clases de artes manuales donde los niños aprendían a conocer y utilizar las herramientas y las niñas a tejer, bordar y a coser a máquina. Al terminar el año se hacía la tan esperada revista de gimnasia, donde se sacaban a relucir las impecables tenidas de color blanco y las zapatillas Bata”.

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EL POLICLINICO: “Atendido por los practicantes, don Manuel olivares, el Nono Vega, Juan Espíndola. Allí no faltaban El tónico para el catarro o la pomada analgésica para los dolores”.

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EL TREN: “Era una tradición esperar el tren que traía correspondencia, las cartas de los parientes de las distintas ciudades de Chile…los pobladores esperaban ansiosos agrupados frente a la pequeña oficina de correos, mientras la señora Elvira Carvajal timbraba sobres hasta que abría la ventana y comenzaba a nombrar a los afortunados que recibían correspondencia, mientras los demás se retiraban resignados a sus casas”.

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"A pocos pasos del Correo, la Estación…con sus oficinas, la Superintendencia de Mr. Hamilton, la oficina del Tiempo, donde se controlaba la entrada y la salida del personal. La de Tráfico, donde maquinistas y fogoneros, conductores y palanqueros conocían los horarios y trenes que les correspondían".

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LOS VIAJES EN TREN: “Se iba a Potrerillos generalmente por razones de salud, al hospital o al dentista. El viaje era una aventura emocionante, pues el tren serpenteaba subiendo lentamente por la quebrada, Río Sal, Encanche, Montandón y finalmente la cuesta donde el tren trepaba lentamente por la orilla de los cerros, atravesando 12 túneles en su recorrido, antes de ver aparecer majestuosas las chimeneas de la fundición que lanzaban gruesas nubes de humo blanco hacia el cielo”…

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EL VIAJE A PUEBLO HUNDIDO: “Hoy, Diego de Almagro. Era divertido porque era como un paseo…a Pueblo Hundido se Iba de compras, donde se adquirían frutas y verduras, carnes, vestuario y enseres. No podía faltar la visita a la pastelería Trujillo, donde se tomaba onces con ricos helados y pasteles, la tienda El Regalo que deslumbraba con sus vistosas y coloridas vitrinas”.

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Los servicios fúnebres se hacían por tren hasta el cementerio municipal de Pueblo Hundido.

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Proyecto creado para Contenidos Locales,

perteneciente al programa Biblioredes 

Servicio Nacional del Patrimonio Cultural
Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio | Gobierno de Chile  

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Investigación y Desarrollo: Daniza Rodriguez Castillo 

Encargada de Laboratorio Biblioredes de Copiapó

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Fotografías: Humberto Barraza (Fotógrafo Local), Daniella Trabucco (Fotógrafa)

 Rodrigo Ruiz  (Encargado Programa Biblioredes Diego de Almagro) 

¡Bien! Mensaje recibido

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